Página 306 - Comentario bíblico adventista del séptimo día tomo Apocalips

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despreciar las exigencias del mandamiento original. Algunos afirman que los Diez
Mandamientos fueron abolidos junto con todas las leyes ceremoniales del AT; Otros
sostienen que el elemento temporal del cuarto mandamiento es ceremonial, pero que la orden
de observar un día en siete es una obligación moral. Estas opiniones no se basan en las
Escrituras. El punto de vista de la iglesia de Roma es que ella transfirió el carácter sagrado
de un día al otro por autoridad divina. Pero los protestantes no pueden aceptar esta posición,
porque la Biblia y solamente la Biblia es su regia de fe. El asunto llegará a su punto
culminante cuando Babilonia la grande se imponga sobre el Estado para que éste haga de la
observancia del domingo un asunto de ley civil, obligatorio, y decida castigar a todos los que
no le obedezcan. 847 Este es el conflicto que describe Apoc. 13: 12-17 (ver el comentario
respectivo, especialmente los vers. 12, 16).
En esa hora tenebrosa los hijos de Dios se aferrarán a la Biblia y no le rendirán homenaje a
ningún poder, excepto a Cristo. Entre los muchos rasgos característicos que podrían
habérsele mencionado al profeta, se le indicó que destacase dos predominantes: la
observancia de los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.
La fe de Jesús.
O "fe en Jesús". El texto griego puede entenderse en ambas maneras, aunque generalmente
se prefiere la segunda. En cuanto a la diferencia entre las dos expresiones y la importancia
de la fe en la experiencia cristiana, ver com. Rom. 3: 22. La fe de Jesús y la observancia de
los mandamientos representan dos aspectos importantes de la vida cristiana. Los
mandamientos de Dios son un reflejo de su carácter, pues exponen la norma divina de justicia
que Dios anhela que alcance el hombre, pero que debido a su condición pecaminosa no
puede lograr. "La mente carnal . . . no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede" (Rom. 8:
7). A pesar de sus mejores esfuerzos, el hombre continuamente está destituido de la gloria
de Dios (ver com. Rom. 3: 23); pero Jesús vino para capacitar a los seres humanos y
restaurarlos a la imagen divina. Vino para mostrar cómo es el Padre, y en este sentido
amplió el significado de la ley moral o Diez Mandamientos. Los hombres pueden guardar los
requisitos divinos por medio del poder de Cristo (ver com. Rom 8: 3-4) y reflejar así la
imagen divina.
La iglesia remanente honra los mandamientos de Dios y los observa, no con un sentido
legalista sino como una revelación del carácter de Dios y Cristo, que mora en el corazón del
verdadero creyente (Gál. 2: 20).
13.
Una voz.
Esta voz no es identificada, pero indudablemente es distinta de la voz del tercer ángel (vers.
9- 12).
Escribe.
Ver com. cap. 1: 11.
Bienaventurados . . . los muertos.
Esta es una de las siete bienaventuranzas del libro de Apocalipsis (cf. com. Mat. 5: 3). Las
otras se hallan en Apoc. 1: 3; 16: 15; 19: 9; 20: 6; 22: 7, 14).
De aquí en adelante.
Se refiere sin duda a período de los mensajes de los tres ángeles, dentro del cual se halla el
tiempo de la persecución que desatarán la bestia y su imagen, cuando se impongan es