Página 317 - Comentario bíblico adventista del séptimo día tomo Apocalips

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Ver com. 2 Rey. 13: 3; Apoc. 14: 10. Quizá pueda preguntarse por qué Dios atormenta a los
hombres de una manera tan terrible como la que se describe en el cap. 16,
después
de la
terminación del tiempo de gracia, cuando ya no habrá oportunidad para arrepentirse. ¿Por
qué no viene Cristo inmediatamente para poner fin al reinado del pecado? En los tiempos del
AT Dios permitió a menudo diferentes calamidades, como invasiones, hambres,
enfermedades, terremotos y otras más, como medios de corrección y disciplina para llamar a
la gente al arrepentimiento (Isa. 1: 5-9; 9: 13; 10: 5-6; 26: 9; Jer. 2: 30; 8: 3; Ose. 7: 10; Joel.
1: 4; 2: 12-14; Amós 4: 6-11; Hag. 1: 5-11; ver com. 1 Sam. 16: 14; 2 Crón. 18: 1-8). Es
evidente que las siete últimas plagas no pueden tener un propósito tan benévolo (ver com.
"Id"); pero a pesar de todo no puede quedar duda de que las plagas cumplen una función
necesaria 853 en el cumplimiento del plan del ciclo.
Puede observarse que las primeras cinco plagas son en cierto sentido de naturaleza similar,
pues su propósito es inducir a los hombres a comprender que han estado luchando contra
Dios (ver CS 698); pero en vez de arrepentirse lo maldicen con más odio que nunca antes, y
se vuelven más rebeldes y contumaces (Apoc. 16: 9, 11, 21). Las plagas sirven para revelar
el espíritu de rebelión que domina totalmente sus corazones. Se comprueba que la cizaña
siempre será cizaña (cf. Mat. 13: 24-30, 36-43), y que ¡ajusticia de Dios se hace evidente al
destruirla (cf. CS 728). Por otra parte, las pruebas del gran tiempo de angustia que
acompañará a las siete plagas demostrarán cuál es el carácter de los santos. También los
inducirán a confiar más plenamente en Dios. Cf. com. Apoc. 7: 4.
Así como la disposición de morir por otro es la manifestación suprema del amor (Juan 15: 13),
así también el deseo de matar representa el máximo odio. Durante las dos últimas plagas se
producirá una situación que revelará plenamente esa diferencia, aun a los mismos
participantes, y tanto para los hombres como también para los ángeles se destacará ¡ajusticia
de Dios al poner fin a la historia humana (ver Rom. 14: 11; Fil. 2: 10; CS 696-698; cf. PP 265;
cf. com. Apoc. 16: 13-14, 16-17). Entonces quedará demostrado ante el universo que todos
los que componen el pueblo remanente preferirían morir antes que desobedecer a Dios, y
que los que escogieron servir a Satanás, matarían, si les fuera permitido, a todos los que
estorbaron su propósito de regir la tierra. Sorprendidos en el mismo acto de intentar hacer
cumplir el decreto de muerte, están sin excusa delante de Dios. Ver com. cap. 16: 17.
De esta manera se traza una línea muy clara entre los que sirven a Dios y los que no le
sirven, y por medio de los inconversos se permitirá que el diablo demuestre cómo hubiera
sido el universo si se le hubiese permitido dominarlo a su antojo (ver CS 4l). Cf. com. cap. 7:
1.
Sobre la tierra.
O sobre los habitantes de la tierra.
2.
El primero.
Los adjetivos ordinales para cada ángel implican que las plagas serán sucesivas (ver com.
vers. 1, 11).
Ulcera.
Gn
hélkos
, "úlcera", "llaga", "herida supurante". En la LXX
hélkos
se usa para designar los
tumores que se produjeron en los egipcios (Exo. 9: 9-10), la "úlcera" que no podía curarse
(Deut. 28: 27) y la sarna maligna que azotó a Job (Job 2: 7). El renombrado poder milagroso
de los espíritus que cooperarán con la cristiandad apóstata (Apoc. 13: 13-14; 18: 2; 19: 20),