breve intervalo entre el fin de la persecución pagana y el comienzo de la persecución papal, y
el período "y será", con el de la Roma Papal. Otros hacen equivaler el período en que "era",
con el representado por la bestia y sus siete cabezas; el período en que "no es", con el
intervalo entre la herida de la séptima cabeza y el resurgimiento de la bestia como "la
octava". Los que sostienen la primera opinión hace equivaler el período en que la bestia
"era", con el dragón del cap. 12, mientras que los que sostienen el último punto de vista
incluyen también la bestia semejante a un leopardo del cap. 13. El tiempo presente "no es"
recalca la secuencia temporal.
Está para subir.
El ángel aún está hablando de la carrera de la bestia antes de su surgimiento desde el fondo
del "abismo". Cuando Juan vio esta bestia en visión, ya había descendido del "abismo".
Cuando la expresión "era, y no es" se repite al final del ver. 8, sigue inmediatamente la frase
"y será", que se halla en lugar de las palabras "está para subir del abismo", las cuales se
usan antes en este mismo versículo (ver com. "y será"). Por lo tanto, la bestia "será" cuando
ascienda del "abismo". Las palabras de la triple secuencia del vers. 11 que podemos
comparar con "será", son: "es también el octavo". Por lo tanto, cuando la bestia suba "del
abismo", "será", existirá como "el octavo", literalmente "un octavo". En el vers. 8 la bestia irá
a "perdición" después de que ascienda del "abismo" y exista como "el octavo" durante un
período que no se especifica. Cuando la bestia exista otra vez como "el octavo", "los
moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la de la vida, función
del mundo en el libro se asombrarán viendo la bestia". Se hace una declaración muy similar
en el cap. 13: 3, 8 (cf. vers. 4) en cuanto a la actitud del mundo con la bestia de ese capítulo
cuando se curó su herida de muerte: "Se maravilló toda la tierra en pos de la bestia... Y la
adoraron todos los moradores de la tierra, cuyos nombres no estaban escritos en el libro de
la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo". Si el cap. 13 se refiere al
mismo acontecimiento del cap. 17: 8, quiere decir que la declaración "su herida mortal fue
sanada" (cap. 13: 3) equivale a la expresión 867 "está para subir del abismo" (cap. 17: 8; cap.
20: 3, 7); "vivió" (cap. 13: 14), equivale a las expresiones "y será" y "es también el octavo"
(cap. 17: 8, 11); la herida de la cabeza (cap. 13: 3), ir "en cautividad" y la "herida de espada"
(cap. 13: 10, 14) tendrían su equivalente en el descenso de la bestia al "abismo" (cap. 17: 8);
y la "muerte" (cap. 13: 3) equivaldría a la fase del "abismo" en el caso de la bestia. Las
similitudes que aquí se destacan tienden a identifica a identificar la séptima cabeza de la
bestia con la cabeza papal (ver com. cap. 17: 9-10); sin embargo, esta semejanza no prueba
necesariamente la identidad. En cuanto a la relación con la bestia del cap. 17 con la del cap.
13, ver com. cap. 17: 13.
Abismo.
Gr.
abússos
, un espacio vasto, que no se puede medir (ver com. Mar. 5: 10; Apoc. 9: 1). En
la LXX se refiere generalmente a las profundidades del mar o a aguas subterráneas. En Sal.
71: 20 (LXX), y en Rom. 10: 7 se refiere al mundo subterráneo o lugar de los muertos,
comúnmente llamado Hades (ver com. Mat. 11: 23; cf. com. 2 Sam. 12: 23; Prov. 15: 11; Isa.
14: 9). El descenso al "abismo", sería pues, un término adecuado para representar la muerte
de una bestia que parecía haber sido muerta.
Perdición.
Gr.
ap
Ç
leia,
"completa destrucción", "aniquilamiento" (ver com. Juan 17: 12). Indica cl fin
absoluto de la bestia (cf Apoc. 17: 11; ver com. cap. 19: 20; 20: 10).
Los moradores.
Aquellos sobre los cuales la "ramera... está sentada" (vers. 1) y "se han embriagado con el