Vivido en deleites.
Ver com. vers. 7.
Llorarán.
O "harán duelo por ella", "sollozarán por causa de ella", con llanto fuerte y abundante. Los
desventurados "reyes" y "mercaderes" (vers. 11) de la tierra, al anticipar su propia suerte
inminente se unen en una endecha de muerte por la altanera Babilonia, ahora atormentada
sobre su ardiente hoguera fúnebre. El dramático efecto de los vers. 9-20, que describen el
destino inexorable de la gran ramera, es destacado por su exótica forma literaria oriental:
prolijidad poética realzada por figuras literarias. La exhortación del cap. 18 es en primer
lugar emotiva, pero está reforzada por una lógica incisiva: para los que respondan a la
exhortación de Dios de huir de la ira venidera (vers. 4), todavía hay la posibilidad de evitar la
suerte inminente de Babilonia.
El simbolismo del capítulo proviene casi enteramente del AT, como es evidente por una
comparación de las muchas referencias que se citan (ver Nota Adicional al final del capítulo).
Un estudio cuidadoso de estos pasajes paralelos del AT en relación con los hechos históricos
a los que allí se alude, aclara mucho las figuras sumamente simbólicas de este capítulo. En
el cap. 17: 16 los reyes de la tierra (cf. com. vers. 12) son los que queman a Babilonia, pero
aquí se los describe lamentándose por los resultados de esa acción, tal vez porque se dan
cuenta tristemente de que ellos pronto tendrán que compartir la suerte de Babilonia (cf. Isa.
47: 13-15).
Harán lamentación.
Gr.
kópt
Ç
, literalmente "golpear", "cortar"; se hace referencia a las comunes manifestaciones
de dolor.
El humo de su incendio.
Cf. Isa. 13: 19; Jer. 50: 32; ver com. Apoc. 14: 10-11; 17: 16; 18: 6.
10.
Parándose lejos.
Sin duda porque comprenden que hace poco habían estado colaborando con Babilonia (vers.
3), estaban implicados en sus "pecados", y por lo tanto están destinados a compartir sus
"plagas" (vers. 4). Se dan cuenta de que su suerte está inexorablemente unida a la de ella.
No prestaron atención a la exhortación de Dios "salid de ella" (vers. 4), y pronto deberán
compartir su suerte. Cf. Eze. 27: 33, 35.
Ay, ay.
Los "reyes" habían esperado recibir "autoridad" (ver com. cap. 17: 12) permanentemente con
su amante, la Babilonia simbólica; ella les había asegurado que estaba entronizada como
"reina" para siempre, y que si echaban su suerte con ella también gozarían de un dominio sin
fin (ver com. cap. 17: 2); pero comprendiendo demasiado tarde la insensatez de tal proyecto,
ahora son acosados por un intenso remordimiento.
Gran ciudad.
Ver com. cap. 14: 8; 17: 5, 18; 18: 7. En el texto griego es muy enfático el reconocimiento de
que la Babilonia simbólica tuvo antes poder y grandeza; pero ahora se ve claramente cuán
vanas eran sus pretensiones, porque "poderoso es Dios el Señor, que juzga" (vers. 8).