Página 38 - Comentario bíblico adventista del séptimo día tomo Apocalips

Versión de HTML Básico

Apertura de las rutas marítimas.-
Con el comienzo del siglo XVI se ampliaron los horizontes y se descubrieron nuevos
continentes. Los navegantes portugueses, españoles e italianos encontraron rutas marítimas
a la India y a las Indias Orientales, el gran emporio de las especias. Colón llegó a las playas
de las islas del mundo occidental en 1492. El globo fue circuido por primera vez por el
portugués Magallanes en 1519-1522, y al mismo tiempo, los españoles comandados por
Cortés conquistaron a México. Algunos de esos aventureros eran religiosos. Cristóbal Colón
creía que el fin de todas las cosas se estaba aproximando, y uno de los motivos de sus viajes
que expuso era la conversión de los pueblos que descubriera. El príncipe Enrique el
Navegante, de Portugal, el "cerebro" de muchas expediciones a través de los mares
desconocidos, albergaba el deseo de propagar el cristianismo. Magallanes, cuya expedición
le dio la vuelta al mundo, también tenía profundos sentimientos religiosos.
Desarrollo cultural.-
El Renacimiento de las artes en el siglo XV y comienzos del XVI, que siguió el modelo de los
maestros clásicos griegos, consistía en la creación de nuevos estilos arquitectónicos, un
reavivamiento de las letras y el fomento de las bellas artes patrocinados por ricos mecenas,
como los Médicis de Florencia, los reyes y los papas. Los grandes maestros italianos
crearon en Italia, Holanda y Alemania obras de arte en pintura y escultura de un
incomparable grado de belleza clásica, mientras que Francia sobresalía en arquitectura. En
el siglo XVI hubo muchos hombres e ideas importantes; algunos fueron de genio creador;
otros, sediciosos. Hombres intrépidos y temerarios entraron en nuevas líneas de
pensamiento, descartando así los reverenciados conceptos del pasado. Esta irresistible
corriente arrastró a artistas, eruditos, soldados y filósofos. Lo que había sido considerado
una quimera, se convirtió en realidad; desapareció lo que había sido considerado como real.
Los trovadores seguían entonando sus cantos de castillo en castillo, pero el feudalismo
gradualmente desaparecía. El renacimiento de las artes hizo que reapareciera la visión de la
belleza de la antigüedad, mientras que la prensa se convertía en un medio eficaz de
propaganda. El intenso deseo de ser libres hizo que algunos captaran la luz procedente del
"abismo de la ciencia" al que se refirió Rabelais. Hasta el cuerpo humano perdió sus
misterios. Mientras que el joven Miguel Servet descubría la circulación pulmonar de la
sangre, Rabelais explicaba en Lyon por medio de una disección anatómica y frente a un
interesado auditorio, la
fabricam corporis
(la estructura del cuerpo).
La ciencia.-
Copérnico (1473-1543), contemporáneo de Lutero, defendía la idea revolucionaria de que el
Sol, y no la Tierra, era el centro del universo, y que la Tierra giraba alrededor del Sol, y no
éste alrededor de ella. Esto era herejía. La iglesia se aferraba a la antigua teoría de
Tolomeo de que la Tierra era el centro del universo y que todos los cuerpos celestes giraban
alrededor de ella. Pedro Lombardo (c. 1100-c. 1160) había declarado: "Así como el hombre
ha sido hecho por causa de Dios, es decir, para que pueda servirle, así también el universo
está hecho por 49 causa del hombre, es decir, para que pueda servirle; por lo tanto, el
hombre está colocado en el centro del universo" (citado por Albert C. Knudson, en
Present
Tendencies en Religious Thought
, p. 43). Copérnico fue considerado como hereje por los
protestantes y también por los católicos. No se atrevió a defender sus ideas públicamente
como tampoco lo hizo Galileo (1564-1642), quien también creía que la Tierra rotaba sobre su
propio eje mientras gira alrededor del Sol. Por esta herejía científica Galileo fue encarcelado
y juzgado, y apenas escapó de la ejecución porque renunció aparentemente a sus opiniones
científicas. Las supersticiones medievales predominaron hasta que, después de algún
tiempo, los hombres vieron la luz y tuvieron el valor de seguirla.