Página 42 - Comentario bíblico adventista del séptimo día tomo Apocalips

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Primeras experiencias de Martín Lutero.-
En varios lugares surgieron simultáneamente movimientos tendientes a una ruptura con
Roma y a la liberación de la conciencia. Las raíces del protestantismo se remontan a la
iglesia primitiva, a Agustín, a los valdenses, a los predicadores místicos y a las sectas
místicas de la Edad Media, a Wyclef y a Juan Hus. Pero por sobre todo, la enseñanza
protestante tiene sus raíces en la Biblia, especialmente en las epístolas de Pablo.
Martín Lutero, el más destacado de todos los reformadores, nació en Eisleben, Alemania, el
10 de noviembre de 1483. Sus padres fueron personas laboriosas y estrictas en la educación
de sus siete hijos. Martín fue criado en un típico hogar cristiano alemán. El temor de Dios y
la creencia en la realidad de los ángeles y de los demonios lo afectó profundamente.
Aprendió a conformarse estrictamente con las enseñanzas de la Iglesia Católica Romana.
Vivió como un campesino, y retuvo toda la vida ese lenguaje y temperamento. Era robusto,
diligente, brillante, y se lo consideraba como un excelente estudiante. Sus estudios se
amoldaron al modelo común en la Edad Media. Asistió a la famosa Universidad de Erfurt,
donde se educó con maestros que eran discípulos del famoso Guillermo Occam, es decir, los
modernistas de esa época. Occam había enseñado que el cristianismo no puede ser
demostrado por la razón sino que debe ser aceptado por fe conforme a la autoridad de las
enseñanzas de la iglesia. Sin duda Occam ejerció alguna influencia en los comienzos de los
estudios de Lutero; pero más tarde éste se volvió contra esos "porcunos teólogos", como él
los llamaba. Después de recibir su título de
magister
, comenzó a estudiar leyes en armonía
con los deseos de su padre.
Dos meses más tarde, en julio de 1505, súbitamente anunció su decisión de hacerse monje.
Como se impresionaba muy fácilmente, fue aterrorizado por un rayo, y ante la amenaza de
muerte le prometió a Santa Ana que se haría monje si le salvaba la vida. Aunque la decisión
fue súbita, su temperamento nervioso y su conciencia sensible lo habían preparado para dar
ese paso. En Erfurt fue víctima de sus primeros accesos de depresión, que fueron más
frecuentes en la última parte de su vida. Entró en uno de los monasterios de los agustinos de
Erfurt. Es significativo que se hiciera discípulo de Agustín, de quien se afirma que procede
una gran parte de la teología protestante. Como Lutero mismo afirmó, fue llevado al
monasterio y no atraído a él. Sus amigos estaban sorprendidos y su padre sumamente
disgustado porque ese hecho lo privaba de su acariciada esperanza de que su hijo fuera el
amparo de su vejez. Pero Martín Lutero había hecho un voto a Santa Ana, y a propósito
eligió una orden donde se exigía estricta disciplina, pues en ese tiempo sólo eso parecía
prometer paz para su mente y salvación para su alma.
Pero la vida monástica no le proporcionó ni paz en el alma ni la convicción de haber recibido
la salvación. Staupitz, el vicario general para Alemania, le ordenó que estudiara teología, y
en 1507 fue ordenado como sacerdote. Cuando celebró su primera misa se sintió tan
aterrorizado ante la idea de entrar en la misma presencia 53 de Dios, que, como lo dijo más
tarde, estuvo a punto de salir corriendo. Siguieron muchos meses de angustia en su alma.
Con frecuencia se refería a ese período de ansiedad en el monasterio describiendo sus
angustiosos terrores, especialmente cuando disertaba sobre Gálatas. Ayunaba con
frecuencia, oraba con fervor, se mortificaba el cuerpo, se confesaba largamente cada día, y
sin embargo no lograba la seguridad de la salvación, hasta que al fin su angustia se volvió
insoportable.
En 1511 fue de visita a Roma, y mientras atendía asuntos de su orden quedó horrorizado
ante el descuido del clero italiano y la corrupción de una Roma repleta de reliquias. Subió de
rodillas por la escalera de Pilato, pues se afirmaba que el que lo hacía liberaba a un alma del
purgatorio. Cuando Pablo, el hijo de Lutero, tenía once años oyó a su padre contar el
episodio de la escalera, al cual se refirió en 1582, 36 años después de la muerte del