Iglesia de Inglaterra frente a la Iglesia de Roma. Aún más notable fue la obra de Richard
Hooker,
Of the Laws of Ecclesiastical Polity
(1594, 1597). Hooker se definió contra el
catolicismo y también contra los presbiterianos puritanos. Opinaba que la forma de gobierno
episcopal era la mejor para la Iglesia de Inglaterra. Veía a la iglesia y al Estado como dos
aspectos de la misma nación, y ambos debían estar bajo el gobierno directo del soberano.
Durante el reinado de Isabel I hubo un reavivamiento católico romano presidido por el
cardenal William Allen (1532-1594), graduado en Oxford. No quiso prestar el juramento de
fidelidad a Isabel, y más tarde viajó a Roma. En 1568 fundó un 64 seminario en Douai, en el
Flandes español, al otro lado del canal de la Mancha y fácilmente al alcance de los católicos
ingleses. Allí fueron preparados muchos misioneros ingleses que regresaron a su país natal.
Allí se preparó una traducción de la Biblia de origen católico: la versión Douai-Reims. El NT
fue publicado en Reims en 1582, y el AT, en dos tomos, en Douai, en 1609. Los católicos
ingleses tenían grandes esperanzas y usaron toda suerte de tretas e intrigas, algunas de las
cuales giraban en torno de María Estuardo (1542-1587), reina de Escocia, quien por motivos
de consanguinidad reclamaba el trono de Inglaterra.
Puritanos y separatistas.
Los puritanos fueron mucho más influyentes que los católicos durante el reinado de Isabel.
Su meta era "purificar" la Iglesia Anglicana de todo vestigio de romanismo. Entre ellos había
muchos que se habían preparado en el continente europeo, especialmente en Ginebra. Los
puritanos diferían entre ellos en cuanto a la medida en que debían manifestar su lealtad al
soberano. Algunos favorecían una forma presbiteriana de gobierno eclesiástico. Tomás
Cartwright se destacó entre los principales puritanos presbiterianos en los días de Isabel.
John Whitgift, arzobispo de Canterbury, manipuló las cosas para que Cartwright fuera
destituido de su cátedra en Cambridge. Whitgift, cabeza nominal de la Iglesia Anglicana, se
puso de parte de una lealtad absoluta a la política de uniformidad de Isabel.
Los separatistas o independientes eran aun más radicales que los puritanos. Los puritanos
pedían permanecer dentro de la Iglesia Anglicana, la cual anhelaban que fuera limpiada de
todo rastro de catolicismo. Pero los separatistas o independientes creían, como los
anabaptistas en el continente europeo, que era una necesidad la formación de iglesias
separadas de la iglesia estatal. Eran separatistas porque se apartaban de la Iglesia
Anglicana, e independientes porque creían en la plena autonomía de la iglesia local. Su ideal
era que cada congregación, con Cristo como su cabeza, fuera una iglesia que se gobernara a
sí misma, que eligiera a su propio pastor y a otros dirigentes siguiendo lo que ellos suponían
que era el modelo del Nuevo Testamento. Su dirigente pionero principal fue Roberto Browne
(c. 1550-c.1633), graduado de Cambridge, quien comenzó siendo puritano.
Entre los que habían regresado del continente europeo durante el siglo XVI, estaba Juan
Knox (c.1505-1572). Fue ordenado como sacerdote en Escocia, pero él y algunos de sus
jóvenes seguidores se unieron a un grupo en el castillo de San Andrés y pronto comenzaron
a predicar opiniones protestantes. Después de ser capturado y llevado a Francia durante 19
meses como prisionero condenado a las galeras, regresó a Inglaterra, donde la Reforma era
favorecida por Eduardo VI. Durante el reinado de María Tudor huyó al continente europeo y
fue a Ginebra. Allí se convirtió en un ardiente discípulo de Juan Calvino. Se casó con
Margarita Bowes, con quien se había comprometido en Inglaterra después de abandonar el
sacerdocio católico.
La visita de Juan Knox a Escocia en 1555 dio un gran ímpetu a la Reforma en ese país. En
1557 la nobleza de Escocia, por razones políticas y religiosas, hizo un pacto para establecer
"la muy bendita palabra de Dios y su congregación"; por lo tanto, fueron llamados "los
señores de la congregación". En 1561 Escocia oficialmente se definió en favor de la
Reforma; pero la prohibición del regente de que se predicara la religión reformada produjo