Página 60 - Comentario bíblico adventista del séptimo día tomo Apocalips

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entró en el conflicto el rey de Suecia, Gustavo Adolfo, al sentirse obligado a ayudar a los
protestantes que estaban en apuros en el continente europeo y, sin duda, también para lograr
ventajas políticas para Suecia. En Lützen, 1632, los suecos obtuvieron una brillante victoria;
pero allí fue muerto Gustavo Adolfo.
El ministro francés, el cardenal Richelieu, que abrogó parcialmente el edicto de Nantes,
intervino en favor de los protestantes en la Guerra de los Treinta Años, porque su ambición
en la escena política era aplastar a la Casa de Austria, que era católica, pero también
enemiga tradicional de Francia en el continente europeo. La guerra terminó con el importante
tratado de Westfalia (1648) que, en términos generales, proporcionó paz religiosa en la
Europa occidental. También fue un detallado documento político para los países de la
Europa occidental, pues en él se reconoció a una cantidad de nuevos Estados soberanos.
Pero apenas hubo terminado la Guerra de los Treinta Años, Luis XIV invadió el Palatinado en
tres ocasiones diferentes para saquear e incendiar. Esto originó una emigración masiva de
alemanes, a muchos de los cuales dio la bienvenida Guillermo Penn en su territorio de
Pensilvania que poco antes había adquirido en Norteamérica.
En menos de cien años el luteranismo, con el cual había comenzado la Reforma, se convirtió
en un movimiento formalista y dogmático. Surgió lo que podría llamarse un nuevo
escolasticismo en la Alemania luterana, basado en un sistema teológico complicado y sutil.
Muchos luteranos temerosos de Dios, entre el clero y también entre los laicos de la iglesia, se
alarmaron ante ese formalismo religioso. En 1621 Johann Arndt recordó a sus
contemporáneos que para ser un buen luterano era necesario comenzar siendo un buen
cristiano. En una obra importante titulada
Vom Wahren Christentum
insistía en una profunda
vida cristiana y destacaba la importancia de la piedad personal.
En la revolución contra la tendencia hacia una teología dogmática y un ritualismo formalista,
surgió un movimiento desorganizado, pero eficaz, conocido como el pietismo, cuyo principal
propósito era revivir la religión personal y experimental. Su principal caudillo en Alemania fue
Felipe Spener. En 1660 Spener se relacionó con jean de Labadie, ex sacerdote jesuita que
más tarde se convirtió en pastor de la Iglesia Reformada. Labadie insistía en que se
organizaran, donde fuera posible, pequeños grupos de estudio.
Felipe Spener (1635-1705) nació en Ribeauville, en Alsacia. Estudió teología en Ginebra y
fue escogido como ministro en Francfort, en 1666. Aprendió de Sebastián Schmidt, en
Estrasburgo, que un estudio detallado de la Confesión de Fe debía ser reemplazado por un
estudio exegético de la Biblia. El prefacio de Spener en el libro de Arndt,
Wahres
Christentum,
llegó a ser la parte importante del libro, y se publicó por separado en 1675 con
el título de
Pia Desideria.
Alcanzó una circulación mucho más amplia que el libro del cual
originalmente era sólo el prefacio.
Pia Desideria
contiene los principios básicos del pietismo.
Spener recomendaba un estudio continuo de la Biblia en reuniones de hogar (en grupos
privados) y pequeñas reuniones 72 de edificación y estímulo mutuo llamadas
collegia pietatis.
Insistía en que hubiera una participación más directa de los laicos en los asuntos de la
iglesia. Pedía que hubiera métodos más sencillos en la enseñanza de la Biblia, e instaba a
los pastores a que fueran menos ritualistas y dogmáticos y siguieran más de cerca las
Escrituras en sus sermones. Ponía mucho énfasis en el estudio de las profecías y
despertaba un nuevo interés en la escatología, especialmente en el segundo advenimiento
de Jesucristo. Spener fue llamado para ser pastor de varias iglesias grandes, especialmente
las de Dresden y Berlín. Pero el verdadero centro del pietismo en Alemania fue Halle, donde
él llegó a ser administrador de la universidad. Spener llamó a su discípulo, Augusto Hermann
Francke, para que fuera profesor, e insistía en que la Biblia debía ser enseñada y estudiada
mediante principios exegéticos. De esa universidad salieron los primeros misioneros
luteranos en 1695.