Página 62 - Comentario bíblico adventista del séptimo día tomo Apocalips

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Wesley desplegó un talento excepcional como organizador y promotor. Teológicamente era
arminiano, y por lo tanto se oponía al predestinacionismo determinista. Sus temas favoritos
eran la perfección cristiana y la santidad. El metodismo cambió mucho el frío clima religioso
de Inglaterra y trajo nueva vida y acción a la Iglesia Anglicana. También dio lugar a otros
acontecimientos como la fundación de la Sociedad Misionera de Londres en 1795, la
Sociedad Misionera de la Iglesia en 1799, la Sociedad de Tratados Religiosos en 1799 y la
Sociedad Bíblica Británica y Extranjera en 1804. El metodismo también tuvo influencia
política y económica. La abolición de la esclavitud de los negros en las colonias británicas
decretada por el parlamento en 1833 principalmente fue obra de Guillermo Wilberforce, quien
recibió la poderosa influencia de los metodistas. Sin duda sería difícil precisar los efectos
plenos de la predicación de Juan Wesley.
VIII. Acontecimientos descollantes de los últimos dos siglos
Racionalismo y deísmo.-
La Europa occidental no sólo fue desgarrada por las rivalidades entre protestantes y
católicos, sino que entre los protestantes hubo interminables discusiones, a veces dentro de
una misma denominación. Los luteranos trataron de definir completamente sus puntos de
vista en la llamada Fórmula de Concordia (1580). Los calvinistas alcanzaron cierto
entendimiento acerca de sus enseñanzas en el sínodo de Dort en 1618 y también mediante el
Consenso Helvético de 1675. Las guerras de religión que torturaron a todos los países
europeos hicieron que muchas personas repudiaran toda religión, y el resultado natural fue
una reacción racionalista y anticristiano. Muchos deístas ingleses, que concebían a Dios
como un Ser tan lejano y ocupado en otros asuntos, que prácticamente no tenía tiempo para
este mundo y sus problemas, se definieron categóricamente contra el conservadurismo
eclesiástico de la Iglesia Anglicana y también contra el dogmatismo de los puritanos. La meta
que proclamaban era volver a una religión natural y descartar la religión revelada, es decir, la
religión de la Biblia. El filósofo francés René Descartes (1596-1650) fue el padre del
racionalismo. Su concepto de la verdad sostenía que todo lo que es percibido clara y
distintamente es verdadero, y que incluso la vida puede ser percibida en el pensamiento tal
como lo expresó en su bien conocida fórmula filosófica
cogito ergo sum,
"pienso, luego
existo". Es un hecho que hubo una tendencia siempre creciente hacia la razón, hasta que
ésta fue finalmente deificada y 74 se le rindió culto por un corto período durante la
Revolución Francesa.
Los que no descartaron del todo el cristianismo trataron de hacer que se conformara con la
razón. John Locke (1632-1704) rechazó como inadmisible todo lo que fuera contrario a la
razón. En su obra titulada
The Reasonableness of Christianity
(1695) sostenía que la Biblia
contiene verdades que la razón humana no puede descubrir y que son confirmadas por
milagros; pero también afirmaba que en el mensaje central de las Escrituras no hay nada que
sea contrario a la razón, y que los milagros no son contrarios a la razón. Destacando la ética
de Jesús y la concordancia del cristianismo con la razón, Locke esperaba pasar por alto la
argumentación teológica. Era un ardiente partidario de la tolerancia religiosa.
Algunos hombres de ciencia mantuvieron su lealtad a las enseñanzas de la religión revelada
tal como se presenta en las Escrituras. Un ejemplo notable fue Isaac Newton (1642-1727),
verdadero genio en el campo de las matemáticas y de la física y autor de la teoría de la
gravitación universal. Newton sostenía que las ideas sobre el tiempo y el espacio no son
absolutas, conceptos que fueron examinados nuevamente por Alberto Einstein, quien en sus
estudios acerca de la relatividad postuló que las nociones humanas en cuanto al tiempo y al
espacio son relativas, pues dependen del observador. Newton fue un consagrado y ferviente
estudiante de las profecías bíblicas. Einstein hablaba de Newton no sólo como de un