Página 78 - Comentario bíblico adventista del séptimo día tomo Apocalips

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Opinión crítica extremista de que Juan no estuvo en Patmos.-
A pesar de que Juan hace referencia a que estuvo en Patmos (Apoc. 1: 9), unos pocos
críticos destacados rechazan ese hecho. Johann Gottfried Eichhorn conocía muy bien el
testimonio de Tertuliano, Orígenes, Eusebio, Jerónimo y otros, sin embargo escribió en su
Einleitung in das Neue Testament
(Introducción al Nuevo Testamento), y es citado por Moses
Stuart en su
Commentary on the Apocalypse:
" 'El destierro de Juan en Patmos debe ser sólo un asunto de la imaginación... Porque la
historia real en ninguna parte dice que Juan fue desterrado a Patmos. Lo que la tradición
eclesiástica dice respecto a esto no tiene otra fuente que el Apocalipsis interpretado en forma
literal, lo que ha hecho que la ficción reemplace a los hechos' " (Stuart,
op. cit.,
t. 1, p. 211).
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Y añadía Eichhorn:
" 'Sin embargo, el destierro era en aquel tiempo el castigo por hacer prosélitos para la religión
cristiana, y Patmos era un lugar muy apropiado para un desterrado. Por eso Juan se imagina
que se ha hecho con él lo que con tanta frecuencia se hacía con los cristianos, que eran sus
contemporáneos; y por eso se coloca en la más completa soledad, condición sumamente
apropiada para visiones tales como las que relata el Apocalipsis' " (
Id
., p. 212).
Ante estas objeciones, Stuart adecuadamente replica preguntando:
"...¿hay alguna razón más para dudar de que Juan estuvo en Patmos cuando vio las visiones
descritas en el Apocalipsis, de la que hay para dudar de que Ezequiel estuvo junto al río
Quebar cuando vio la visión que relata en el primer capítulo de su obra? ¿O que Daniel
estuvo en Susa, en el palacio, en la provincia de Elam (Dan. 8: 2), cuando vio la visión del
carnero y del macho cabrío?...
"Si Patmos fuese sólo un lugar ficticio, ¿por qué debía escogerlo Juan? ¿Por qué no escogió
más bien el Sinaí, o el Carmelo, o el Hermón, o el monte de la transfiguración donde antes
había visto a Moisés y a Elías, procedentes del mundo celestial, que conversaban con Jesús?
Esos eran lugares consagrados como uno puede suponerlo naturalmente, y por lo tanto
podrían acudir con más facilidad a su mente como lugares adecuados para una revelación.
¿Por qué escogió una islita
griega
que no se menciona ni una sola vez en otro pasaje de
todos los libros sagrados, y apenas dos o tres veces en todos los escritos antiguos del mundo
pagano?" (
Id
., pp. 211-212).
Otro erudito y crítico concede que quizá Juan estuvo en Patmos; pero no puede aceptar que
estuviera allí como exiliado, sino que piensa que fue llevado con el único propósito de que
recibiera las visiones registradas en el Apocalipsis. Ante este argumento, nuevamente
responde Stuart:
"Por qué era esto necesario o especialmente útil para Juan, como objeto de las revelaciones
divinas, él no nos lo dice...
"Que Juan, pues, estuvo desterrado en Patmos cuando vio las visiones apocalípticas, no
queda ninguna convincente razón para dudar; y así lo declaran en coro las voces de la
antigüedad. No sabemos ni podemos saber si esta unanimidad de los antiguos padres
depende de algún otro testimonio, excepto el que Juan mismo ha dado en el cap. 1: 9, a
menos que de aquí en adelante se presente alguna nueva evidencia respecto a este asunto.
Es suficiente si eso ha demostrado cuál es el debido significado de las palabras de Juan" (
Id
.,
pp. 213-214).
La vida de un exiliado.-