dedicado a Asclepio, dios griego de la medicina, el Esculapio de los romanos, uno de los
cuatro principales dioses de Pérgamo. Hasta este lugar viajaban multitudes de enfermos
desde grandes distancias en busca de alivio para sus males; ha sido objeto de excavaciones
desde 1928. Allí se encontraron las ruinas de varias construcciones, como salas en las
cuales quedaban los pacientes y recibían tratamientos con agua, un anfiteatro donde eran
entretenidos y habitaciones subterráneas donde se los hacía dormir para que recibieran en
sus sueños mensajes divinos 101 en cuanto a los tratamientos que debían recibir.
Finalmente había un templo circular en el cual los pacientes depositaban sus ofrendas antes
de marcharse, así como los pacientes modernos pagan sus cuentas en la oficina de un
sanatorio antes de ser dados de alta. En el atrio del Asclepión había un monumento con las
dos serpientes de Esculapio en relieve, el símbolo de la profesión médica, el cual se usa
todavía en nuestros días.
Galeno (c. 130-c. 200 d. C.), el más famoso médico de la antigüedad, nació en Pérgamo y
recibió su instrucción médica en el Asclepión. Posteriormente estudió en Esmirna, Corinto y
Alejandría. Su influencia en el ámbito de la ciencia médica fue muy grande durante toda la
Edad Media, y sus escritos muestran que los médicos de sus días tenían algunos
conocimientos científicos en cuanto al funcionamiento del cuerpo humano y al poder curativo
de ciertas medicinas y métodos terapéuticos de tratamiento.
V. Tiatira
Tiatira era una antigua ciudad lidia, sobre el río Lico, tributario del Hermos, en la parte norte
de Lidia; pero tan cerca de Misia que aun los antiguos, por error, con frecuencia se referían a
ella como a una ciudad misia. Su historia más antigua no es bien conocida, excepto que era
una ciudad santa del dios sol Tirimnos de los lidios, generalmente representado como un dios
jinete. Alrededor del siglo III a. C. la ciudad evidentemente había decaído, y fue fundada de
nuevo por Seleuco Nicátor (301-281 a. C.), quien la colonizó con griegos. Desde entonces
Tiatira continuó siendo una de las más pequeñas ciudades helenísticas del Asia Menor
occidental. Aunque llegó a ser el centro comercial del valle del Lico, nunca fue una metrópoli
como Efeso, Esmirna, o Pérgamo.
Puesto que la ciudad parece haber disfrutado de una vida más bien tranquila y pacífica
durante la mayor parte de su existencia, su historia tiene poca importancia si se la compara
con la de Esmirna o Efeso. Cuando Tiatira estuvo más expuesta a verse implicada en una
guerra fue en el año 190 a. C., cuando Antíoco el Grande ocupó la ciudad con sus tropas en
anticipación a la lucha con el ejército romano. Sin embargo, la batalla que hubo entre él y
Escipión se peleó en Magnesia, unos 65 km al sur de Tiatira, y la ciudad tuvo la suerte de no
sufrir daños.
Tiatira quedó sepultada bajo
Akhisar,
ciudad de más de 60.000 habitantes, cuya principal
industria es la confección de alfombras. El nombre turco
Akhisar
-"Castillo blanco"- se debe a
las ruinas blancas de un castillo medieval que están cerca de la población moderna. En
Akhisar
nunca se han hecho excavaciones sistemáticas; pero cuando los habitantes han
cavado para poner los cimientos de sus casas, con frecuencia han encontrado artefactos
antiguos. En esta forma se han descubierto numerosas inscripciones que han ido a parar a
diversos museos.
La antigua Tiatira era una ciudad de gremios. En ninguna otra ciudad del Asia occidental los
diversos artesanos estaban organizados en gremios bien disciplinados como en esta ciudad.
Entre ellos estaba el gremio de los tintoreros, que era muy importante. Los tintoreros de
Tiatira habían aprendido a hacer tintura de púrpura con raíz de rubia en vez de hacerla con
crustáceos, como se hacía en otros centros productores de púrpura del mundo antiguo. Esta
tintura de púrpura, ahora llamada "rojo de Turquía", permitía a los tintoreros de Tiatira