Una enorme
sinagoga
, reconocida por los típicos símbolos judíos y por más de 80
inscripciones en griego y en hebreo, indica claramente la presencia de judíos en Sardis en
los primeros siglos de la era cristiana. El pavimento de mosaicos y la elegante antesala
hablan de la prosperidad material de quienes se reunían allí. Ha sido parcialmente
restaurada.
VII. Filadelfia.
Filadelfia estaba a orillas del río Cogamo, rama sur del Hermos. Ciudad del interior de
Anatolia, estaba a 120 km al este de Esmirna. Fue construida a 198 m sobre el nivel del mar
en las estribaciones orientales del monte Tmolo. Detrás de la ciudad hay farallones
volcánicos que se formaron en tiempos históricos, aunque no contamos con ningún registro
escrito de actividad volcánica. Como en otras zonas volcánicas, el suelo alrededor de
Filadelfia es sumamente fértil, lo que hace que las mejores viñas del Asia Menor se
encuentren en sus proximidades.
Filadelfia era la más joven de las siete ciudades a las cuales fueron dirigidas las cartas del
Apocalipsis. Fue fundada por el año 150 a. C. durante el reinado del rey Atalo II Filadelfo, de
Pérgamo, y se le dio el nombre de Filadelfia, "amor fraternal", en honor a la lealtad del rey
Atalo a su hermano mayor Eumenes II, que lo había precedido en el trono de Pérgamo.
Filadelfia recibió varios nombres en diferentes períodos. A principios del siglo I d. C. fue
conocida durante un tiempo como Decápolis, debido a que era una de las diez ciudades de la
llanura en que estaba situada. Un poco más tarde aparece con el nombre de Neocesarea,
en honor del emperador Tiberio que ayudó a que la ciudad se restableciera del destructor
terremoto del 17 d. C. En el tiempo de Vespasiano tuvo el nombre de Flavia, conforme a la
familia del emperador; pero posteriormente volvió a ser llamada Filadelfia, y así era conocida
cuando Juan escribió la carta del Apocalipsis (cap. 3: 7-13) a la iglesia de esa ciudad. El
nombre moderno de la localidad que ha reemplazado a Filadelfia es
Alashehir.
Este nombre
ha sido explicado por algunos visitantes, engañados por su insuficiente conocimiento del
turco, como la abreviatura de
Allah-shehir,
"la ciudad de Dios". El nombre en realidad
significa "la ciudad rojiza", debido al color rojizo de la región volcánica en que está construida
la ciudad.
Como Filadelfia estaba en un camino principal entre la alta Frigia y Esmirna, se convirtió en
una importante ciudad del interior y acumuló suficiente riqueza para edificar suntuosos
templos y otros magníficos edificios públicos. Por esa razón, escritores antiguos se referían a
Filadelfia como a la Pequeña Atenas; sin embargo, nunca alcanzó la importancia política,
económica o religiosa de algunas de las otras ciudades ya descritas.
El cristianismo parece haber llegado a Filadelfia en el período apostólico, lo que se deduce
del hecho de que el Apocalipsis incluye una carta a la iglesia de esa ciudad. Además, nada
se sabe de la primitiva historia de esa iglesia. En tiempos posteriores Filadelfia llegó a ser
sede de obispado, y en el siglo XIII fue el centro cristiano de toda la región de Lidia, y la
residencia de un arzobispo. Durante los siglos siguientes aparece como un baluarte del
cristianismo con mucha fuerza moral para resistir los asaltos de las naciones bárbaras que
repetidas veces asolaron el Asia Menor. Los ciudadanos de Filadelfia tenían razón de estar
orgullosos de su historia en ese respecto. Resistieron con éxito un asedio de los selyúcidas
en 1306 d. C. y obligaron al enemigo a retirarse. Nuevamente resultaron victoriosos en 1324
d. C., cuando los selyúcidas hicieron una segunda tentativa por tomar la ciudad. Ninguna
otra ciudad del Asia Menor podía jactarse de anales tan llenos de heroísmo. Pero después
105 de una larga resistencia la ciudad cayó ante los turcos en 1390 d. C., y después fue
conquistada por Tamerlán en 1402. Sus habitantes no pudieron competir con las feroces
hordas mongólicas de Tamerlán, aunque opusieron una heroica resistencia. La ciudad fue