¿Entiende lo que lee?
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también al
cómo
lo dicen. Siendo que los recursos literarios usados en las
narraciones contribuyen tanto a la unidad de sus relatos como a la presentación
estética de ellos (algo común en la literatura del Antiguo cercano oriente), tomar en
cuenta la repetición de palabras (o frases), así como el recurso literario de la ironía o
incluso ciertas omisiones (evidentemente deliberadas), nos permitirá darle la debida
importancia a lo que él mismo enfatizó a través de estos recursos.
Así, por ejemplo, notar la repetición de los verbos “hablar” y “declarar”, en
Jueces 14, nos dirá mucho respecto al carácter de Sansón, mientras que el recurso
de la ironía nos ayudará a entender mejor las condiciones que enfrentó aquel que,
pese a llamarse Elimelec (“mi Dios es rey”) y vivir en Belén (“casa de pan”), tuvo un
día que emigrar con su familia a los “campos de Moab”, en busca de alimento (vea
Rut 1). Y, por cierto, ¿cree usted que sea casualidad que no se mencione el nombre
de aquel que no quiso casarse con Rut? (el “fulano” de Rut 4:1). Recuerde, lea con
atención y fijándose en los detalles; si el autor los puso ahí, es porque tuvo un buen
motivo para hacerlo.
3. Dada la naturaleza de la narrativa bíblica, el entendimiento y la aplicación
de sus relatos girará en torno a tres ámbitos: el de la relación entre Dios y ciertos
individuos (ámbito individual), el de la relación entre Dios y la nación Israelita (ámbito
étnico), y el de la relación entre Dios y toda la raza humana (ámbito salvífico).
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Esto, aplicado al libro de Rut, vendría a ser el resumen de todo su contenido.
Sí, porque a la vez que este libro relata el amoroso cuidado de Dios por dos viudas
desamparadas (Rut y Noemí; ámbito
individual
), también nos confirma lo predicho
respecto al origen de David, el rey israelita más importante (ámbito
étnico
), pero ante
todo, un libro que al resaltar el tema de la redención, nos señala a aquel
descendiente de Rut y de David, el prometido Redentor del mundo (ámbito
salvífico
).
De ahí que, detectar y analizar la trama o el argumento que el narrador bíblico
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Esta metodología es desarrollada por Greg A. King, «Interpreting Old Testament Historical
Narrative», en
Understanding Scripture: An Adventist Approach,
editado por George W. Reid
(Hagerstown, MD: Biblical Research Institute, 2006), 153-162, quien basado en el trabajo de Douglas
Stuart y Gordon Fee (
Lectura eficaz de la Biblia
[Miami, Florida: Editorial Vida, 2007], 89-91),
denomina estos tres ámbitos como “niveles alto, medio y bajo”.