Página 20 - El atardecer y la noche de la Iglesia

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poca fe en la religión organizada: los cristianos de Tiatira llegaron a compartir el mismo espíritu
de apatía que la población que los rodeaba.
El mensaje a Tiatira
Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de
fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto: Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y
servicio, y tu paciencia, y tus obras postreras son más que las primeras
(vers. 18,19).
Ojos de fuego
Ante cada una de las siete iglesias, el Cristo resucitado se presenta con una postura que
corresponde al mensaje que tiene que dar. A Éfeso, Cristo es el que tiene a las iglesias en la
mano. Ante la atribulada Esmirna, es el que murió y ha vuelto a vivir; ante Pérgamo", con su
fascinación por los bienes materiales, el Cristo resucitado sostiene una espada desenvainada.
¿Qué significa, entonces, su postura ante Tiatira como "el que tiene ojos como llama de
fuego"? Es que se requiere algomás que visión normal para ver el mal de Tiatira. Sobre la
superficie todo parece próspero y tranquilo, pero el Cristo resucitado ve con ojos de fuego: él
sabe que la ausencia de conflictos y de problemas no siempre significa que todo está bien.
Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice
profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. Y le
he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. He aquí,
yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de
las obras de ella. A sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que
escudriña la mente y el corazón
(vers. 2023).
¡Sólo "unas pocas cosas"! Es una reprensión suave, como la que recibió Pérgamo. No se
le acusa a Tiatira de simpatizar con Jezabel, ni mucho menos de convivir con ella. Su pecado es
el de contemplar sencillamente a la impostora sin alzar la voz de protesta: "Toleras [a] esa
mujer Jezabel".
Para entender el significado de esta acusación, conviene recordar algunas cosas de la
historia de esta época, y compararlas con lo que sucedió en las dos épocas anteriores:
En los años 132136 d.C., tuvo lugar la Segunda Revuelta Judía en la cual el emperador
Adriano aplastó otro intentó más de los judíos por lograr su independencia. A raíz de ese
suceso, surgió en todas partes del imperio un aborrecimiento hacia los judíos. Dicha actitud se
tradujo enseguida en un rechazo de todo lo que estuviera relacionado con la religión de ellos.
Tal como suele suceder hoy, la gran mayoría del populacho formaba su concepto de las
cosas en base a informaciones fragmentarias y tergiversadas por prejuicios e ignoranci a. Según