Página 33 - El atardecer y la noche de la Iglesia

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Bajo semejantes circunstancias, se había cambiado el carácter esencial de la iglesia. Lapalabra
"iglesia" provienede ek-klesia, que significa "llamado a salir fuera". Pero bajo aquellas circunstancias, la
iglesia yano era una congregación de los que habían sali do del mundo sino que, en granmedida, se
había sumido en la tibieza y una convivencia con el mal.
La ideaesencial del avivamiento que ocurrió en el siglo XVI fue que la religión es un asunto
personal. Los que participaron en el movimiento rechazaban terminantementeel concepto de que, si
nací enHolanda, tengo que ser un calvinista, o si nací en Dinamarca, soy automáticamente un luterano,
y si nací en Austria, de hecho, soy un católico.
Los "pietistas"—así los llamaban en algunos lugares— rescataron del olvido el concepto del
nuevo nacimiento (Juan 3:3-5). Insistían en que sólo es cristiano el que ha tenido unaexperienciapropia,
personal y consciente de conversión, el que ha tomado a Cristo como amigo y confidente y que procura
activamente imitarlo y apartarse del pecado.
Los pietistas insistíanmucho en laoración y el estudio personal de laBiblia. Se unían paradar
testimonios y expresiones personales de fe. En algunos casos, acostumbraban reunirse en pequeños
grupos para practicar una introspección y escudriñamiento personal del corazón (ver Sant. 5:16).
Si buscáramos las raíces del movimiento, tendríamos que remontarnos a algunos eventos que
tuvieron lugar en los días de Sardis. Destacado entre los que impulsaron estos eventos, se hallaAugusto
Francke, quien con varios amigos reaccionó contrael formalismo y la frialdad de la Iglesia Luteranaen
Alemania. Ellos fundaron un colegio enHalle, Alemania, el que llegó a ser un centro de influencia
pietista.
En el año 1727 ocurrió una convergenciade dos corrientes que iba aproducir un gran auge en el
movimiento de reavivamiento y reforma. Unade estas corrientes la formaron los perseguidos
"hermanosmoravos". Éstos habían huido de la persecución religiosaen el este de Europa y hallaron
refugio en las tierras de un noble alemán, el conde Nicolás von Zínzendorf, el que iba a constituir laotra
corriente.
Zínzendorf se había criado con su abuelita, unamujer piadosaque le enseñó desde los primeros
años el temor de Dios. Siendo adolescente, estudió enHalle, en el colegio fundado por Francke, y allí
tuvo una profundaexperienciade conversión.
A la muerte de su padre, Nicolás, heredero de una inmensa fortuna y título de nobleza, se
consagró sin reservas y con todo cuanto poseía a la causa de Cristo. En 1727 acompañó a losmoravos en
sus ejercicios religiosos. A raíz de eso, se unió con ellos y pronto llegó aocupar el puesto de dirigente.
Fue una unión feliz.
Aunque nunca fueronmuy numerosos, los "hermanos"moravos llegaron a tener unaenorme
influenciaque alcanzó prácticamente a todas las agrupaciones cristianas.
Como ejemplo de esta influencia, relatamos a continuación lahistoriade un contacto entre Juan
Wesley, fundador de la IglesiaMetodista, y un grupo de estos "hermanos".