La advertenciaes válidapara todos los siglos. Hoy, también, la iglesianecesitaponerse en
guardia y examinar su propio corazón tan celosamente como investiga a los que se apartan de la fe. Bien
puede el cristiano individual recordar el ejemplo de la iglesiade Éfeso y aplicarse la recetadel médico
divino que estudiaremos a continuación.
Recuerda, por tanto, dedóndehas caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras (vers. 5).
He aquí la recetadivinapara todo apóstata y para todo aquel que estando en la iglesia se da
cuentaque su amor en algún grado se ha enfriado. La receta constade tres partes:
1. Recuerda
. Lo primero que hizo el hijo pródigo cuando volvió en sí fue recordar. La memoria le
presentó las escenas de su infancia, el cariño del hogar paterno y el amor que ardía en su corazón de
niñomientras gozabade todo el bien que le podía proporcionar un padre sabio y bondadoso. Y,
volviendo en sí, dijo: "En casa de mi padre hay abundanciade pan, y yo aquí perezco de hambre" (Luc.
15:17).
2. Arrepiéntete
. El Espíritu Santo puede llenar el almade dulce añoranzapor la "primera
condición"; puede señalarleal pecador las puertas abiertas del cielo, pero hay algo que él nuncaquitará
de nuestrasmanos: la decisión personal de abrir el corazón para que el verdadero arrepentimiento, la
contrición divinapuedaentrar.
"Varones hermanos, ¿qué haremos?"
,
exclamaron los pecadores compungidos después del
Pentecostés.
"Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros"
, fue la respuesta (Hech. 2:37,38). Y la respuesta
del pródigo al ser llamado por el mismo Espíritu fue un cambio de actitud y unadecisión. Dijo: "Me
levantaré e iré a mi Padre".
3. Haz las primeras obras.
Millones de personas reconocen que las cosas no andan bien en sus
vidas y anhelan lapaz y el consuelo de la salvación. Algunos hasta llegan amanifestar cierta clase de
arrepentimiento, como el joven rico que vino corriendo un día y se postró delante de Jesús en el camino
(Mar. 10:1722). Públicamenteconfesó su necesidad y deseo de mejorar su vida. A la vistade la gente,
éste sin dudaparecía estar muchomás cerca de la salvación que el hijo pródigo. Pero el pródigo alcanzó
la salvación, mientras que aquél se fue triste, alejándosede la vidaeterna. Sin el tercer paso los
primeros dos carecen de valor. El hijo pródigo hizo algomás que recordar, algomás que arrepentirse. Se
levantó y vino a su padre. Volvió e hizo las primeras obras.
Rechazo al libertinaje
Mas tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco (vers. 6).
Fuerade este versículo y el de Apocalipsis 2:15, la Biblianomenciona a los nicolaítas. Pero otros
escritores de la antigüedad sí nos informan acercade ellos. Dicen que tomaron la libertad cristianapor
libertinaje y así rebajaron las normas de la conductamoral. Clemente de Alejandríaescribió que los
nicolaítas se entregaban a toda clase de complacenciae inmoralidad.