Página 27 - Comentario bíblico adventista del séptimo día tomo Apocalips

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La imagen de Cristo en el alma.-
La cera recibe la impresión del sello, y así también el alma debe recibir la impresión del
Espíritu de Dios y conservar la imagen de Cristo (ST 18-7-1911).
El sello y los mandamientos.-
Muchos no recibirán el sello de Dios porque no guardan sus mandamientos ni dan los frutos
de justicia (Carta 76, 1900).
Amargo desengaño en el día de Dios.-
La gran masa de llamados cristianos sufrirán un amargo desengaño en el día de Dios. No
tienen sobre sus frentes el sello del Dios viviente. Tibios e irresolutos, deshonran a Dios
mucho más que los incrédulos declarados. Van a tientas en las tinieblas, cuando podrían
estar caminando en la luz meridiana de la Palabra bajo la conducción de Aquel que nunca
yerra (Carta 121, 1903).
2-4.
Ver EGW com. cap. 14: 1-4.
4 -17 (cap. 14: 1-4; 2 Cor. 3: 18).
Esforzaos estar entre los 144.000.-
[Se cita Apoc. 7: 9-17.] Aquellos a quienes el Cordero guiará a las fuentes de aguas vivas y
de cuyos ojos borre toda lágrima, serán los que ahora reciban el conocimiento y la
comprensión que se revelan en la Biblia, la Palabra de Dios...
No debemos imitar a ningún ser humano. No hay ningún ser humano suficientemente sabio
para ser nuestro modelo. Debemos contemplar al Hombre Cristo Jesús, que es completo en
la perfección de justicia y santidad. El es el Autor y Consumador de nuestra fe. Es el Hombre
modelo. Su vida es la medida de la vida que debemos alcanzar. Su carácter es nuestro
modelo. Por lo tanto, despejemos nuestra mente de perplejidades y de las dificultades de esta
vida y fijémosla en él, para que contemplándolo podamos ser cambiados a su semejanza.
Podemos contemplar a Cristo con un buen propósito. Podemos estar seguros mirándolo
porque es omnisapiente. Al contemplarlo y al pensar en él, él se formará en nuestro interior,
la esperanza de gloria.
Esforcémonos, con todo el poder que Dios nos ha dado para estar entre los ciento cuarenta y
cuatro mil (RH 9-3-1905).
9 (cap. 3: 5; 19: 7-9; Juan 12: 12-13).
Las palmas y los mantos.-
Las palmas significan que han ganado la victoria, y los mantos blancos que han sido
revestidos con la justicia de Cristo. Gracias a Dios porque se ha abierto una fuente para
lavar los mantos de nuestro carácter y hacerlos tan blancos como la nieve (MS 23, sin fecha).
14.
Ver EGW com. cap. 3: 18; 19: 7-9; Mat. 22: 11-12.
17.
Ver EGW com. cap. 22: 1-2; Rom. 11: 33.