Página 51 - Comentario bíblico adventista del séptimo día tomo Apocalips

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[Se cita Apoc. 20: 12.] Los hombres tendrán entonces un claro y nítido recuerdo de todos sus
actos en esta vida. Ni una palabra ni un hecho escapará de su memoria. Ese será un tiempo
angustioso. Y si bien es cierto que no debemos lamentarnos por el tiempo de angustia que
viene, como seguidores de Cristo examinemos nuestro corazón como con una lámpara
encendida para que veamos qué clase de espíritu nos mueve. Para nuestro bien presente y
eterno, examinemos nuestras acciones para ver cómo están a la luz de la ley de Dios, pues
esa ley es nuestra norma. Cada uno examine su propio corazón (Carta 22, 1901).
(Sal. 33: 13-15; Ecl. 12: 13-14; Jer. 17: 10; Heb. 4: 13; ver EGW com. Sal. 139: 1-
12.)
Cada caso examinado.-
Aunque todas las naciones deben pasar en juicio delante de Dios, sin embargo, él examinará
el caso de cada individuo íntima y escrutadoramente como si no hubiera otro ser en la tierra
(RH 19- 1- 1886).
(Mal. 3: 16-17; 1 Cor. 3: 13.)
Los ángeles toman nota de los hechos de los hombres.-
Todo el cielo está interesado en nuestra salvación. Los ángeles de Dios recorren las calles
de estas ciudades y toman nota de los hechos de los hombres. Registran en los libros de
memoria de Dios las palabras de fe, los actos de amor, la humildad de espíritu; y en aquel
día, cuando la obra de cada hombre sea examinada para saber de qué clase es, la obra del
humilde seguidor de Cristo soporta 428 rá la prueba y recibirá la alabanza del cielo (RH 16-
9- 1890).
Tan exacta como una placa fotográfica.-
Todos nosotros, como seres bendecidos por Dios con la facultad de razonar, con intelecto y
juicio, debiéramos reconocer nuestra responsabilidad delante de Dios. La vida que nos ha
dado es una sagrada responsabilidad, y ni un solo momento de ella debe ser tomado a la
ligera, pues tendremos que encontrarnos de nuevo con él en los registros del juicio. En los
libros del cielo nuestras vidas están delineadas tan cuidadosamente como la imagen en la
placa del fotógrafo. No sólo somos tenidos por responsables de lo que hemos hecho, sino
por aquello que hemos dejado de hacer. Tendremos que dar cuenta de nuestros caracteres
no desarrollados, de las oportunidades que no aprovechamos (RH 22- 9- 1891).
Nuestros caracteres representados en libros.-
En los libros del cielo se registran con exactitud las burlas y las observaciones triviales de los
pecadores que no prestan atención a las invitaciones de la misericordia que se les hacen,
cuando Cristo les es presentado por sus ministros. Así como el artista reproduce en el vidrio
pulido un cuadro verdadero del rostro humano, así también los ángeles de Dios cada día
registran minuciosamente en los libros del cielo una representación exacta del carácter de
cada ser humano (ST 11- 2- 1903).
Registro celestial de los servicios prestados.-
Todos los que son participantes de esta gran salvación obrada por Jesucristo, están bajo la
obligación de trabajar como colaboradores de Dios. En las cortes celestiales se pasa lista,
donde está registrado cada nombre, y los seres celestiales responden al llamado. Allí se
anota el servicio prestado por cada ser humano en la tierra. Si son negligentes, se registra;
si son diligentes, se anota; o si son ociosos, ese hecho queda registrado contra sus nombres.
En toda la gran masa de la humanidad ninguno pasa inadvertido. Que cada uno esté listo